Cien años del asesinato fascista a Matteotti, «fibra sensible» de la ultraderecha italiana

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Joan Mas Autonell

Roma, 8 jun (EFE).- Giacomo Matteotti, líder socialista asesinado hace 100 años por el fascismo, es aún una figura incómoda para parte de la clase política de Italia. Salpica a Giorgia Meloni y su fuerza de origen posfascista Hermanos de Italia, criticados por no hacer borrón y cuenta nueva total con el legado fascista desde el poder.

El próximo lunes se cumple el centenario del secuestro y homicidio el 10 de junio de 1924 de Matteotti por matones fascistas. Hicieron desaparecer su cuerpo, que no se halló hasta al cabo dos meses en un caso que sacudió la Italia del momento y creó un escándalo que forzó al jefe de Gobierno, Benito Mussolini, a asumir su «responsabilidad política y moral» del delito.

Diez días antes, Matteotti había dado un aguerrido discurso como diputado en el Parlamento italiano con fuertes críticas a Mussolini y al fascismo, que tomó el poder en 1922 tras la Marcha sobre Roma.

Para conmemorar el centenario de su muerte, la exposición «Giacomo Matteotti. Vida y muerte de un padre de la democracia», en el Museo de Roma, repasa la biografía del que fue el último gran opositor al fascismo antes de la deriva autoritaria definitiva del régimen, un asunto que aún «toca la fibra sensible» de la derecha en Italia, dice a EFE el historiador y comisario de la muestra, Mauro Canali.

Para este experto, también autor del libro «El delito Matteotti», el líder socialista fue «fundamentalmente molesto» para el fascismo y en cierto modo todavía lo es para la ultraderecha en la actualidad.

Con el centenario de su asesinato este 2024, «surgió de nuevo la cuestión sobre la responsabilidad directa o indirecta de Mussolini», que «ordenó él mismo el crimen», asegura Canali, mientras camina por la muestra, entre vitrinas y cuadros con documentos históricos y fotos de quién fue el primer referente del antifascismo italiano.

Hasta hoy «hay conflicto en la política italiana, entre fuerzas del Gobierno actual» como Hermanos de Italia. Este partido integra «una derecha que rechaza que Matteotti fuera asesinado por orden directa de Mussolini, y defiende que le mató una violencia fascista generalizada que no pertenece a la raíz del fascismo», según Canali.

Para este historiador, que vendió decenas de miles de copias de su libro de Matteotti desde su primera edición a fines de los noventa, este caso demuestra «que el fascismo nació en el crimen».

Sin embargo, denuncia que hay corrientes derechistas en Italia que no lo quieren asumir: «Hay una cultura política que sólo acepta la crítica al fascismo mucho más allá de la Marcha sobre Roma de 1922».

«La derecha asume que el fascismo cometió un error desde las Leyes Raciales de 1938 (que llevaron a la deportación de judíos italianos) y que todo lo que hizo después estuvo mal», aunque afirma que en los años previos «hizo muchas cosas buenas con un gobierno fuerte, autoritario y patriótico», cuenta Canali, que cuestiona este relato.

El 30 de mayo, en la conmemoración del centenario del discurso de Matteotti en el Parlamento, Meloni lo consideró «un hombre libre y valiente asesinado por escuadrones fascistas». Para el historiador, sin embargo, «dijo algo que todo el mundo sabe, con poco significado político», ya que no señaló la responsabilidad directa de Mussolini.

El docente, que hace poco publicó una quinta edición actualizada de su libro, asegura que sus pesquisas recientes dan más indicios al hecho de que Mussolini no sólo ordenó matar a Matteotti «porque era un oponente político feroz», sino porque tenía información sensible.

«Matteotti iba a denunciar al Parlamento un caso de corrupción que implicaba a Mussolini y su hermano Arnaldo», y «había que taparle la boca antes del 11 de junio, el día que se iba a reabrir la Cámara y se preveía que diera otro discurso importante», explica Canali, que argumenta que por ello fue secuestrado y ejecutado un día antes.

Según el experto, Matteotti recabó detalles de un acuerdo entre el gobierno fascista con la compañía petrolífera de EEUU Sinclair Oil.

«Esta empresa obtuvo el monopolio de exploración petrolera en las regiones de Sicilia y Emilia-Romaña, y según la investigación hubo dinero que pasó de manos de la compañía a la familia Mussolini», un asunto del que Matteotti se enteró e iba a denunciar, según Canali.

El historiador señala «el miedo a la denuncia por corrupción» como elemento final que llevó a Mussolini a ordenar su asesinato.

Tras ello, el cuerpo de Matteotti se halló solo en agosto de 1924 en un bosque a las afueras de Roma, mal enterrado y descompuesto.

El escándalo llevó a Mussolini a reconocer su responsabilidad en enero de 1925, lo que fue también «el punto de inflexión» para que diera el paso final hacia «la construcción del totalitarismo» que culminó con la proclamación del régimen de partido único en 1926.

Antes de esto, «Matteotti fue quién comprendió más lúcidamente el carácter profundamente violento y autoritario del fascismo», y pagó con su muerte por ello, concluye Canali. EFE

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(foto)(vídeo)

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