El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha expresado este jueves su rechazo a una explotación comercial de minerales e hidrocarburos en Antártida después de que hayan salido a la luz informaciones de que Rusia se encontraría realizando prospecciones ilegales sobre reservas de petróleo y gas en el continente helado.
«Nos opondremos firmemente a cualquier explotación comercial de minerales e hidrocarburos y trabajaremos en conjunto con todos los países reclamantes y los firmantes del Tratado Antártico para velar por el respeto de esta norma por parte de cualquier nación», ha señalado en la red social X.
Por su parte, el ministro de Exteriores chileno, Alberto van Klaveren, ha subrayado en la citada red social que estas informaciones sobre nuevas reservas minerales y de hidrocarburos en Antártoda no están confirmadas. «El régimen antártico prohíbe su prospección y explotación», ha recordado.
Esto se produce después de que se celebrase una sesión el pasado 8 de mayo en la subcomisión de Auditoría Ambiental sobre Investigaciones Polares de la Cámara de los Comunes británica en la que varios parlamentarios manifestaron preocupación sobre la actividad rusa en la Antártida ante la posibilidad de que estuviesen haciendo «prospecciones» ilegales en vez de una «recopilación de datos e investigaciones científicas» sobre el terreno.
En la sesión se refirieron también a informaciones periodísticas por parte de un medio de comunicación sudafricano que informó en 2020 de que un buque de investigación polar ruso llamado ‘Alexander Karpinsky’ atracó en la capital, Ciudad del Cabo, tras una misión en febrero de ese año.
Días después de la sesión de la subcomisión, el diario británico conservador ‘The Telegraph’ publicó un artículo en el que analizaba el supuesto descubrimiento por parte de la agencia geológica rusa Rosgeo de 700.000 millones de toneladas de petróleo y gas enterrados bajo la plataforma antártica.
Cabe recordar que Londres reclama como propios un millón de kilómetros cuadrados de la Antártida –el único continente que no cuenta con población humana nativa– incluyendo zonas territoriales reclamadas tanto por Argentina como por Chile.