Casi 55 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria en África de junio a agosto

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Dakar, 12 abr (EFE).- Los conflictos y los problemas económicos aceleran la inseguridad alimentaria en África occidental y central, donde casi 55 millones de personas tendrán dificultades para alimentarse entre los meses de junio y agosto, informó este viernes el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.

La situación es «particularmente preocupante» en el norte de Mali, país afectado por conflictos, donde se estima que unas 2.600 personas podrían experimentar el próximo verano una «hambruna catastrófica», alertó el PMA citando el análisis de seguridad alimentaria del Comité Interestatal de lucha contra la sequía en el Sahel (CILSS, por sus siglas en francés).

Los 55 millones de personas suponen un aumento de cuatro millones respecto a lo estimado el pasado noviembre en el anterior informe y revelan un «cambio significativo» en los factores que impulsan la falta de alimento en la región.

La inflación desenfrenada, la devaluación de las monedas locales, las sanciones de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), las barreras comerciales, los crecientes precios de las importaciones, el coste del combustible y la producción estancada han empeorado la crisis alimentaria, especialmente en Nigeria, Ghana, Sierra Leona y Mali.

Los precios de los cereales han aumentado entre el 10 y el 100 % en los últimos cinco años, al tiempo que su producción para la temporada agrícola 2023-2024 se ha reducido en 12 millones de toneladas.

Así, África occidental y central sigue dependiendo en gran medida de unas importaciones que no dejan de encarecerse.

«El momento de actuar es ahora. Necesitamos que todos los socios intensifiquen, se involucren, adopten e implementen programas innovadores para evitar que la situación se salga de control», urgió la directora regional interina del PMA para África occidental, Margot Vandervelden, quien abogó por «soluciones a largo plazo».

La inseguridad alimentaria y otros factores como el acceso limitado a la atención médica repercuten en una desnutrición «alarmantemente alta» en la región, con 16,7 millones de niños menores de cinco años que padecen desnutrición aguda y más de dos cada tres hogares que no se pueden permitir dietas saludables.

Además, ocho de cada diez niños de 6 a 23 meses no consumen el mínimo de alimentos necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos.

 «La buena nutrición en la primera infancia y la niñez es la promesa de una fuerza laboral productiva y educada para el mañana (…). Debemos considerar la situación del niño en su totalidad y fortalecer los sistemas de educación, salud, agua y saneamiento, alimentos y protección social», expresó el director regional de Unicef, Gilles Fagninou, según recogió el PMA.

El impacto de la desnutrición en las mujeres de algunos países es también muy elevado, como en partes del norte de Nigeria, donde el 31 % de las mujeres entre 15 y 49 años sufren malnutrición aguda.

En Senegal, Mali, Mauritania, Nigeria y Níger, millones de personas reciben la ayuda de programas nacionales de protección social apoyados por Unicef y el PMA, y ambas agencias están ampliando su apoyo a los gobiernos de Chad y Burkina Faso.

También la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el PMA desarrollan programas en el Sahel para aumentar la productividad, la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos. EFE

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