El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, se han reunido este lunes en la Casa Blanca para tratar numerosas cuestiones bilaterales, entre ellas el fin de la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico en el país, que abandonará el territorio a petición de Bagdad por los bombardeos de Washington contra milicias proiraníes en Irak.
Los dos líderes se han comprometido a seguir de cerca el proceso entre el Comité Militar Supremo iraquí y el de la coalición, que se encuentran evaluando la situación de seguridad, la actual amenaza de Estado Islámico y la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes para hacerle frente, según un comunicado de la Casa Blanca.
En base a este proceso, ambos decidirán de forma conjunta cómo y cuándo acabará la coalición, que deberá producirse de forma «ordenada» y en base tanto a la Constitución iraquí como al acuerdo de cooperación con Estados Unidos.
Biden ha expresado que un Irak «fuerte» y «capaz de autodefenderse» es «vital» para la seguridad regional y para asegurarse de que no hay un resurgimiento del grupo yihadista. Tras ello, han rendido tributo a los muertos a manos de los terroristas.
Ambos mandatarios colaborarán para que la seguridad en Irak lleve a un aumento de la cooperación para llevar al país a una mayor integración en el sistema económico regional y global, y que este lleve la «prosperidad al pueblo iraquí».
En ese sentido, Biden ha aplaudido el progreso de Irak hacia la suficiencia energética, razón por la que seguirá apoyando sus labores de modernización del sector para lograr la reducción de emisiones de metano, mejorar la salud pública y completar conexiones de la red eléctrica con países vecinos.
Al Sudani, por su parte, ha subrayado la importancia de asegurar que el petróleo iraquí llegue a los mercados internacionales, mostrando su «deseo» de reabrir el gasoducto turco-iraquí.
Es por ello por lo que han mostrado su visión sobre la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, que debe ser «parte integral de la prosperidad y estabilidad» de Irak.
En base a ello, Biden ha resaltado los esfuerzos del Gobierno para resolver las diferencias con las autoridades kurdo-iraquíes, especialmente por el reciente acuerdo para pagar dos meses de salarios a los funcionarios de la región semiautónoma.