Shanidar Z, más que un conjunto de huesos: una puerta hacia la comprensión de nuestras raíces comunes con los Neandertales (Jamie Simonds/ BBC Studios)
La ciencia ha logrado un avance impresionante al reconstruir la cara de una mujer Neandertal, conocida como Shanidar Z, cuyos restos fueron hallados en un estado fragmentado en una cueva de Irak. Este descubrimiento, que data de hace 75.000 años, ha sido posible gracias al meticuloso trabajo de un equipo de investigación de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, quienes durante seis años han reconstruido su cráneo, previamente dañado por lo que parece haber sido una caída de rocas.
La reconstrucción de Shanidar Z no solo ha revelado detalles sobre su aspecto físico, sino que también ha profundizado nuestro entendimiento de los neandertales, esa especie hermana de los humanos modernos, con quienes compartimos un ancestro común hace entre 700.000 y 300.000 años.
“Las calaveras de los neandertales y los humanos parecen muy diferentes”, explicó la doctora Emma Pomeroy de Cambridge, destacando las marcadas cejas y la falta de barbilla característica de los neandertales. Sin embargo, la reconstrucción facial sugiere que estas diferencias no eran tan extremas en la vida real.
CNN destacó que este hallazgo sugiere una similitud más cercana entre los neandertales y los humanos modernos de lo previamente pensado, lo que puede aportar luz sobre cómo pudo haber ocurrido la mezcla genética entre ambas especies. De hecho, casi todas las personas vivas hoy día tienen ADN neandertal en su genoma, lo cual es un testamento de nuestra interconexión ancestral.
Shanidar Z representa, según la Universidad de Cambridge, “el individuo mejor conservado encontrado en este siglo”, y su cara ha sido recreada como parte de un documental producido por la BBC, “Secretos de los Neandertales”, presentado en Netflix.
Este hallazgo ha sido posible gracias a la utilización de técnicas avanzadas, incluyendo escaneo 3D y modelado físico por parte de los paleoartistas Adrie y Alfons Kennis, que han permitido dar vida a la cara de una persona que vivió hace miles de siglos.
A pesar de que Shanidar Z fue descubierta en 2018, los detalles sobre su vida han permanecido envueltos en misterio hasta ahora. Los investigadores, utilizando proteínas del esmalte dental, han podido determinar que se trataba de una mujer, probablemente de unos 40 a 45 años al momento de su muerte.
NBC News señaló que el análisis de los huesos sugiere que, a pesar de las condiciones duras de la época, Shanidar Z vivió una vida relativamente larga y podría haber sido una figura importante dentro de su sociedad.
El rostro reconstruido de Shanidar Z, un eslabón perdido que ahora podemos visualizar, narra historias de vida de hace 75.000 años (Jamie Simonds/BBC Studios) (Kev S/)
La cueva donde la mujer fue hallada es de especial interés para los arqueólogos, ya que investigaciones previas en el mismo sitio han insinuado que los neandertales podrían haber enterrado a sus muertos con flores, lo que desafía la visión previa de estos como seres primitivos y brutos.
Aunque investigaciones más recientes han planteado dudas sobre la teoría del entierro con flores, sí han encontrado pruebas de la sofisticación y complejidad de los neandertales, como el arte, el uso de cuerdas y herramientas.