Ana Obregón daba un paso adelante esta noche tras tantos meses habiendo sido criticada por los derechos de autor del libro ‘El chico de las musarañas’, dinero que podría haber sido o no donado a la fundación que lleva el nombre de su hijo. Y no solo eso, sino que se ponía delante de las cámaras para hablar, con el corazón en la mano, de cómo es su relación actual con Alessandro Lequio.
La presentadora y bióloga desvelaba que la pequeña Anita ya ha dicho su primera palabra y ha sido de lo más especial. Mirando las imágenes de Aless, que ella le muestra para que conozca a su padre, Anita ha dicho la palabra «papá» en más de una ocasión. Llenándosele el corazón de alegría y amor, Ana Obregón se mostraba de lo más orgullosa al ver cómo la pequeña reconoce a su padre y espera que su hijo sea testigo de ello desde donde sea que esté. «Es la que me ha ayudado, y me ayuda, porque no he superado el duelo de mi hijo» aseguraba en plató.
Una de las polémicas que le han rodeado desde que se publicara la portada en la que se anunciaba que había sido madre subrogada en Miami, es si Alessandro Lequio habría estado al tanto de la situación y si estaría de acuerdo o no con ello. Recordaba cómo fueron las últimas semanas en las que no se alejó de su hijo, aquellas en las que Alessandro pidió a sus hermanas que viajaran a Barcelona para poder estar a su lado ya que temía por su bienestar cuando su hijo falleciera.
Con los ojos llenos de lágrimas, visualizando cómo estaba su hijo en sus últimos días, comentaba cómo Aless les contó su deseo: «Mira mami, papá, si a mí algún día me pasa algo, yo quiero dejar en este mundo algo mío. Yo quiero que utilicéis el semen». Como no podía ni moverse de la cama, debido a lo débil que estaba, le acercaron un bolígrafo para que firmara el testamento hológrafo en el que dejó escrito: «En caso de que fallezca, quiero y doy derecho a mis padres a que utilicen este semen para que quede algún hijo o hija mío en la tierra». Este documento está llevado a la notaría y firmado por Alessandro y las hermanas de Ana Obregón.
Defendía que «como cuando un padre se muere y heredas una casa. Yo no he comprado un bebé, yo he heredado», respondiendo a todos aquellos que le tacharon de comprar un bebé por gestación subrogada. Volviendo al papel de Alessandro Lequio en toda esta historia, Ana Obregón desvelaba que él fue quien le recordó que tenía una misión por cumplir y que esa razón de ser le ayudó a sobrellevar el fallecimiento de su hijo. Recordaba: «en ese momento a mí me salvó la vida, porque me hizo volver a la realidad. Entonces abrí la puerta y él no sabía lo que yo estaba haciendo, pero yo creo que lo intuía, porque mis hermanas por eso estuvieron ahí las últimas semanas. Me dice, Ana, tienes algo muy importante, tienes que cumplir la última voluntad de nuestro hijo».
Defendiendo una vez más al padre de su hijo, se justificaba diciendo que «yo he aprendido en esta vida a las personas que quiero aceptarlas como son. Porque si no, sufres. Y yo ya no puedo sufrir más. No puedo. Alessandro es así. Él tiene una familia. Tiene otra familia que es Anita, que es su nieta». Aunque no ha querido desvelar si se conocen en persona, debido a que él quiere que se respete esa privacidad, acababa diciendo que «por supuesto que quiere verla, y sabe que es su nieta, y sabe desde el principio lo que he hecho, y ha visto fotos de ella desde Miami cada mes, y así es, es que esto es así».