El exministro José Luis Ábalos ha vuelto a mostrar su disconformidad con la suspensión de militancia decretada por el PSOE tras la detención de su ex asesor Koldo García Izaguirre, una decisión que va a recurrir, y ha criticado que el responsable de Organización, Santos Cerdán, presuma de haber ido más allá del código ético: «Saltarse las normas no es ningún mérito y se incurre en arbitrariedad», ha resumido.
Según ha explicado en la comisión de investigación del Senado sobre el ‘caso Koldo’, las normas del PSOE dicen que se pide el acta cuando, estando imputado, se entra en la fase final de acusación y ya hay señalado juicio oral. Pero ha recordado que él no está ni investigado, por lo que la dirección del PSOE ha incurrido en una «anticipación de fases que vulneran los derechos personales».
Y, a su juicio, los proyectos políticos deben basarse en los derechos de las personas, ya que lo contrario llevaría a proyectos autoritarios. «No hay proyectos que valgan la pena que socaven los derechos de las personas –ha advertido– .Se construyen proyectos colectivos sobre el respeto de las personas, lo contrario nos lleva a proyectos muy autoritarios».
TODAVÍA NO HABÍA MOTIVO PARA PEDIRLE EL ACTA
Ábalos entiende que, conforme a los estatutos, el debería haber mantenido el cargo y así lo aplicó él con otros compañeros cuando era el secretario de Organización, pero la dirección federal le suspendió de militancia y Santos Cerdán le reclamó que entregara el acta de diputado.
El actual ‘número tres’ del PSOE admitió la semana pasada en la comisión de investigación del Senado que decidieron ir «más allá» del código ético del partido y exigir el acta a Abalos por ejemplaridad. «La ejemplaridad no consiste en saltarse las normas, sino en hacerlas cumplir», ha replicado el exministro.
«Lo explicó muy bien, dijo que se había saltado el código ético del partido; es decir, se habían saltado las normas del partido –ha añadido–. Yo tengo que decir que a mí no me parece ningún mérito decir eso».
Y ha advertido de que, al saltarse la norma, la dirección del PSOE genera una cierta arbitrariedad por aplicarse esa medida sólo a él y no a otros miembros del PSOE. «Todo lo que sea saltarse una norma incurre en la arbitrariedad», ha zanjado.
«PEDÍAN CARNAZA Y YO ERA LO MÁS BARATO»
Para el exministro, el PSOE tomó esa decisión de suspenderle y exigirle el escaño asumiendo «indicios de culpabilidad» y condicionado por el ambiente político, pero él ya imaginaba que ese «tributo» iba a resultar un «brindis al sol» porque no iba a parar la polémica. Además, él ya estaba de retirada, no tenía «demasiado futuro político» y era «bastante inocuo».
Según lo vio él, en un momento de «polarización» como el actual en el que prima algo «absolutamente antidemocrático» como es la «eliminación del adversario», en política se pide «carnaza». «Se pide, se suelta y en este caso lo más barato era yo», ha soltado.
Ábalos, que desde entonces no ha vuelto a hablar con Pedro Sánchez, ha confirmado que, cuando Cerdán le pidió el escaño, le ofreció alguna ayuda «inespecífica, sin concretar», pero ha recalcado que no tenía que ver con su protección ante la Justicia, ya que eso no depende del PSOE. También ha negado que en octubre de 2023 se viera con Cerdán y Koldo García, un encuentro que comentó que ‘número tres’ del PSOE.
Ello ha llevado a decir al portavoz del PP en la comisión, Luis Santamaría, que el secretario de Organización «mintió dos veces a la comisión» en su comparecencia de la pasada semana, pues aseguró que no ofreció nada a Ábalos y que la última vez que se vio con él fue en octubre de 2023.
OTROS EXPOLÍTICOS LE ACONSEJARON NO DIMITIR
En aquellos días sí que le llamaron varios ex cargos públicos del PSOE y del PP que habían pasado por circunstancias similares y todos le aconsejaron no dimitir porque, si lo hacía, se convertiría en «un cadáver civil», no sólo político, que ya lo asume.
Tras insistir en que no va reconocer ninguna culpa, pues considera que no tiene ninguna, ha admitido que esa decisión del PSOE ha dañado su reputación, aunque considera que en la calle le tratan mejor que en su propio partido. «Hay muchas cuestiones que ya no tienen ninguna reparación», reconoce.